El prolapso uterino ocurre cuando los músculos y los ligamentos del suelo pélvico se estiran y se debilitan, por lo que dejan de proporcionar un sostén adecuado para el útero. En consecuencia, el útero se desliza hacia la vagina o sobresale de ella.
El prolapso uterino puede afectar a mujeres de cualquier edad. Sin embargo, suele afectar a las mujeres posmenopáusicas que tuvieron uno o más partos vaginales.
Por lo general, el prolapso uterino leve no requiere tratamiento. Sin embargo, si te hace sentir incómoda o interfiere con tu vida normal, el tratamiento podría ayudarte.
El prolapso uterino leve generalmente no causa signos ni síntomas. Los signos y síntomas del prolapso uterino de moderado a grave incluyen:
Los síntomas generalmente son menos molestos por la mañana y empeoran a medida que avanza el día.
Si tus signos y síntomas de prolapso uterino se vuelven molestos y alteran tus actividades normales, consulta con el médico para analizar tus opciones.
El prolapso uterino se produce como resultado del debilitamiento de los músculos pélvicos y de los tejidos de sostén. Las causas del debilitamiento de los músculos y tejidos pélvicos comprenden las siguientes:
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer prolapso uterino comprenden los siguientes:
En general, el prolapso uterino está asociado con el prolapso de otros órganos pélvicos. Podrías tener lo siguiente:
El prolapso uterino grave puede desplazar parte del revestimiento vaginal, lo que hace que sobresalga fuera del cuerpo. El tejido vaginal que roza la ropa puede producir llagas en la vagina (úlceras) Rara vez, las llagas pueden infectarse.
Para reducir el riesgo de tener prolapso uterino, prueba lo siguiente: